Hoy. 8:30 a.m. El timbre suena y por un momento, un mínimo momento, sueño que eres tú, que has depuesto tus armas y vuelves a mí. Una fracción de segundo. Luego, no hay más. Y continúo buscando palabras en este medio. Búsqueda infructuosa.
"Es sólo que me siento tan triste. Lo que yo quería hacer parecía sencillo. Quería crear algo lo suficientemente vivo e impactante como para que pudiera compararse con una mañana en la vida de alguien. La mañana más común."