Día 11159

Este es el derrumbe. Esta es la caída libre.
¿Qué es lo que más duele en el desamor? Creo, con bastante certeza, que nada es más doloroso que el sentimiento de abandono. Aún estando destrozado, roto por dentro, la conciencia de que nadie muere por amor y de que, solo tocar el fondo te ayuda a volver a levantarte, me ha mantenido vivo, sin lugar a dudas, todos estos años.
Pero el abandono, la sensación de incertidumbre propia de no sentirse amado, de ignorarlo, de esperara señales, signos y no recibirlas de vuelta, como si todo fuera producto de la imaginación febril, de un delirio causado no sabes por qué razón; eso es lo que me carcome, me corroe, me derrota, me derrumba.
Eso es lo que me tiene así, ahora. Entregado de rodillas a Dios.
He puesto en Él todo lo que sigue, porque he llegado a la convicción de que ya es un problema de Fe o mejor dicho, de que sólo creer verdaderamente en que todo va a pasar es lo único que queda por hacer. Puedes llamarlo Dios o puedes llamarlo azar o como quieras.
Yo ya no lo llamo, solo me entrego y creo. Sobrevivo con la esperanza de que creer verdaderamente, ingenuamente en todo esto, va a lograr que suceda.

Entonces llegan las preguntas y todo eso. Las dudas. La incertidumbre.

No soy un buen paciente, todo lo contrario. Pero si a eso le agregas el estar absolutamente entregado en las manos ajenas, el sentir que has hehco todo lo que tenías que hacer para que las cosas resulten y, sin embargo, ver como las cosas no suceden, o se entrampan más y más, es desvastador. Al menos para mi lo es.

Ahí es cuando miro al cielo y digo "por favor, dame sabiduría para entender tu plan maestro" porque de verdad que estoy perdido: abandonado a la vera del camino. No sé si creer más o dejar de hacerlo y yo sé que Tú lo sabes y que por alguna razón que sólo Tú entiendes no me lo quieres decir y no me lo vas a decir.

Ja. Hasta me provoca risa esta conversación.

Al fin y al cabo, ¿se trataba de eso?

¿De que conversáramos?

Antes de irme, porque me voy. Lo sabes bien.

Antes de irme, un beso, una cerveza y una última pregunta. Pero tienes que prometer responderla.

¿Qué significa que algo que se supone debiera hacerte tan feliz, te pone triste?

Te quiero viejo.